El domingo descubrí una nueva faceta mia: ¡se me da bien ser electricista! Bueno, tal vez "bien" es un poco exagerado. Me explico.
El viernes me fui a Ikea con mi querida (agh) madre. La verdad que esa tarde merece una entrada aparte... Uf, que suplicio!
Salí a las tres del curro, me fui a casa a intentar comer algo (justo ese día estaban pintando el techo de la cocina, así que estaba todo cubierto de plásticos y cartones. Ergo, no comí). Sobre las cuatro y pico, cinco, me voy para Fuencarral. Atascazo. Llegando a la oficina de mi mamá me perdí, media hora dando vueltas hasta que logré reconocer algo (era la segunda vez que iba a la oficina, che). Salimos para Ikea. Atascazo impresionante. Calor. Coches. Humo. Bocinas. Aaaaaaaaaaaaaaaaaah!!!
Por suerte, llegamos a Ikea y no había mucha gente. Normal. Estaban todos en la carretera. Estuvimos paseando entre esos salones tan bien armaditos, los dormitorios irreales y las cocinas de ensueño, hasta que llegamos a donde había que arremangarse las mangas y empezar a cargar bolsas y cajas. Ahí fue donde mi mamá hizo 'crack'. Justo ahí. No se podía pretender que cogiera una bolsa correcta (le pedí unas ruedas para un mueble y me trajo unas cajas!!!), o que colaborara manteniendo quieto el carrito mientras yo subía las estanterías (uf, eso pesaba, al menos 72 kilos!). La pobre estaba reventada. Si no fuera porque me tocó acomodar todo, era hasta gracioso! Jajajaja, que empanada que llevaba. Lo peor es que se daba cuenta y se reía sola, la muy guacha (cabrona).
Pero lo que iba a contar no era eso. Era la odisea de mis apliques.
El piso que estamos alquilando no tiene lámparas en el techo. Las tiene en las paredes. Y claro, como estábamos dándole un cambio de look a las habitaciones, los apliques horribles que había tenían que desaparecer. Mis papás compraron sus luces en Leroy Merlin, pero como no había ninguna que me gustara para mi habitación, tuve que esperar a ir a Ikea para ver algo que me gustara. Son dos cachos de lamparones impresionantes. Me tengo que poner a hacer fotos, pero mientras, cuento. Es un cristal como de 40x20 cm que va montado sobre un soporte y atrás, dos foquitos. El cristal tiene unos dibujos como de unas hojas, sobre un fondo blanco. Como el jueves había ido el electricista y yo todavía no tenía elegidos los apliques, mi habitación estaba a oscuras. Además, me había empeñado en que las luces las ponía yo.
Y eso intenté hacer el domingo.
Saco los apliques de la caja y, ¡oh, sorpresa!, no eran para conectar directamente a la corriente, sino que ¡eran de enchufar! Ah, no, eso no podía quedar así. Así que, desmonté el sistema para sacarle el cable que iba al enchufe, me peleé media hora con los cables que salían de mi pared (había que atornillar unos minitornillos muy chiquitos y, si no fuera porque tengo las uñas largas, no sé como lo hubiera hecho). Triunfal, conecto la luz en mi habitación, le doy al interruptor y... ¡¡¡NADA!!! Nada en absoluto.
Como soy tan lista, había terminado de montar tooooooodo antes de comprobar que funcionara, así que, ocho pasos para atrás (desconectar la electricidad, sacar el vidrio, abrir el cajetín, desatornillar tres tornillos y dos minitornillitos) y darme cuenta que uno de los cables que tenían que estar apretados por un minitornillito se había roto. Vale, que se rompa, lo arreglo, ¿y qué? Y eso hice. Lo arreglé. Pero esta vez no iba a caer en la tontería de montarlo todo. Triunfal, conecto la luz en mi habitación, le doy al interruptor y... ¡¡¡NADA!!! Nada en absoluto.
¿Y ahora qué pasaba? Que no había apretado uno de los minitornillitos (parece que era importante). Nuevamente triunfal, conecto la luz en mi habitación, le doy al interruptor y... ¡¡¡EUREKA!!! Va a ser verdad eso de que a la tercera va la vencida. ¡Logré conectar, yo solita, las luces de mi habitación!
No se me puede olvidar mencionar que, durante todo ese proceso (largo proceso), mi papá me ayudó diciéndome cosas como "para comprobar que no haya electricidad no toques los cables con la palma de la mano, sino con el revés" o "hay que apretar el minitornillito para que hagan contacto los cables", etc. mientras que mi dulce madre, mi progresista madre, mi moderna madre me decía "Lucía, no hagas vos eso, no es de chicas hacer esas cosas, parecés un marimacho".
Pues este marimacho se vale ella solita para hacer los arreglos de la casa. ¡Viva la independencia de la chispas!
2 comentarios:
eso que dice Lu de Ikea es mentira, estuve yo luchando como una bestia con el carro, un carrito, una bolsa amarilla, el auto, etc. y ella mirando para otro lado, qué mentirosa!! qué cara de piedra!!! La próxima vez que vaya a Ikea a Lu no la llevo, seguramente......
y además yo pasé mucho calor cargando bártulos y ella fresca como una lechuga!!!!
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