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Ahora mismo, Guadarrama, Madrid, Spain

15 de julio de 2007

Rascafría


Parece una propaganda de agua, pero no...

Bueeeeeeeeno, pues ahora sí! Que veranito que estoy llevando. Málaga, Algeciras, El Barco de Ávila... Pero ahora sí, que ya me quedo en Madrid, de verdad! A ver por cuanto tiempo, pero bueno, eso ya se verá...
Este domingo estuvimos en Rascafría, donde hay un monasterio muy mono (Santa María de El P
aular) y unas piscinas naturales enormes, aunque más llenas de gente que un hormiguero. El agua estaba helada, pero Ale se animó y puso en remojo sus piernas mientras intentaba llevarme con él!

13 de julio de 2007

IV Curso de geoquímica ambiental aplicada

A ver, que en este blog parece que sólo estoy de joda. Pero no, también estudio. Y como parte de la carrera es hacer los malditos créditos de libre configuración, me apunté a un curso de geoquímica ambiental aplicada en Ávila. Una semanita que me pasé por aquellos pagos, yendo y viniendo los primeros días, después alojada con Ale, que me ofreció gentilmente la cama que a ella le sobraba.
La verdad que el curso estuvo bien... Pero nadar por el Tormes y buscar "radiactividad" en el campo, estuvo mejor.

6 de julio de 2007

Gibraltar (¿español?)


Esta semanita que estuvimos en Algeciras, aprovechamos para ir a Gibraltar como turistas. Sí, vale la aclaración, porque hemos ido otras veces a comprar (ya que allá es todo más barato) y todavía no conocíamos a los famosos monos.
Los macacos son salvajes. Salvajes del todo!
El gobierno inglés los vacuna y les complementa la dieta para que no roben a los humanos que se acercan a conocerlos (bueno, a los valienes que se acercan, que no es mi caso, ni el del gaditano, que no quiso acercarse más para hacerse la foto de rigor), pero aún así, en cuanto ven una bolsa o una mochila, allá que van. No son muy grandes, pero tienen una fuerza y una habilidad asombrosas.
Dice la leyenda que los monos pasaron desde África por una cueva que uniría el peñón con el norte de África y que cuando los monos se vayan, se irán también los ingleses. Por suerte, los españoles no se toman esto tan en serio como los británicos (que los miman un montón para mantenerlos siempre ahí, hasta se han repoblado al final de la segunda guerra mundial porque quedaban tres), porque sino seguro que los extinguirían en menos de un segundo, dejándose de diplomacia y tonterías de esas.
También pudimos comprobar de primera mano porque se forma la sempiterna nube sobre el Peñón. Cuando sopla levante (o sea, casi siempre), el aire cargado de humedad sube por la rampa que forma esa parte de la roca con tal velocidad que se condensa rápidamente. Era imposible asomarse a ese lado porque el viento golpeaba con una fuerza impresionante.

El gaditano observando la bahía de Algeciras desde El Peñón.