Bueno, fueron pocos días, pero intensos. Sobre todo el sábado, pero empiezo por el principio.
El jueves fui a recoger al Gadi al aeropuerto. Llegó con un poco de retraso, pero al fin, sobre las nueve de la noche, nos pudimos dar un abrazo! Después de 64 días, casi nada.
El jueves fui a recoger al Gadi al aeropuerto. Llegó con un poco de retraso, pero al fin, sobre las nueve de la noche, nos pudimos dar un abrazo! Después de 64 días, casi nada.
Cuando llegamos a casa, y antes de comer, fue la entrega de regalos. Me trajo un montón de cosas el loco, ropa, adornos, pendientes, cajitas... Pero lo mejor fueron las historias que contaba, lo bien que se lo ve, el comer juntos, el dormir abrazados otra vez.
El viernes, yo al curro y él a una entrevista (que no le convenció mucho) y después, a preparar las cosas para irnos a Ávila. Por la noche fuimos a la cena con la gente de la UNED. Yo me hubiera quedado hasta las 4 de la mañana, pero Ale estaba cansado y nos fuimos tempranito.
El viernes, yo al curro y él a una entrevista (que no le convenció mucho) y después, a preparar las cosas para irnos a Ávila. Por la noche fuimos a la cena con la gente de la UNED. Yo me hubiera quedado hasta las 4 de la mañana, pero Ale estaba cansado y nos fuimos tempranito.
Y el sábado, levantarnos y tirar para Ávila fue el mismo movimiento. Uf, que manera de caminar... Se nota que está acostumbrado a caminar por Malasia, Singapur y demases, porque no se cansa, el guacho. Nos subimos a las murallas, paseamos por el río, recorrimos la ciudad de arriba a abajo. Y hacía un frío que pelaba.
El domingo, día de votación general, así que no estaba ni el loro en la calle, volvimos para Madrid, brevísima parada en Guadarrama a recoger la maleta y vuelta al aeropuerto, hasta el 4 ó 5 de abril, por lo menos.
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