Hola, les cuento a los todos a la vez.
Ayer tuve el examen de economía. A las seis de la tarde me fui del curro y tiré para Las Rozas... Llegué y me encontré con un montón de gente pálida, de ultratumba, formando nerviosos corros algunos, hojeando desesperados apuntes, los otros.
Yo, como buena humana (o sea, bicho de costumbres), me fui para arriba tras dar una rápida mirada a los presentes, deseando encontrar alguna cara amiga. Nada. Bueno, estarán arriba... Y llego arriba y no había nadie. ¿Cómo puede ser? Era que mi embotado cerebro (le pegué una buena paliza este último mes, recuerden que me puse a estudiar después de navidad!!!) no había registrado que los exámenes, este año, son en las aulas de la planta baja. Y ahí sí que realmente pensé que había entrado en un mundo paralelo. ¡¡¡No conocía a nadie!!! Menos mal que hay gente que tiene mejor memoria que yo, porque me tocaron el hombro y era uno de los que había ido de cena con nosotros la última vez que nos juntamos en Madrid los de la carrera. Así llegamos a la parte en que me siento en un aula con mil quinientas millones de personas, con un calor asfixiante (un aula cerrada, con cuatro turnos de examinados, es normal que esté caldeada y "humanizada"). No las llevaba todas conmigo, y leo la primer pregunta y me quedé como diciendo "¿Perdón?". Era fácil, eso es lo que más rabia me da. Decía lo siguiente:
En los países desarrollados, la escacez de bienes:
a) habla sólo del aire puro.
b) se presenta en todos los bienes.
c) se da porque los consumidores quieren más de lo que tienen.
d) no me acuerdo.
No, no era difícil, pero me quedé estupidizada dándole vueltas, que si la b, que si la c, que al final no la contesté. Con todo, creo que aprobé. Como siempre, en veinte minutos ya había rellenado la hoja de lectura óptica y estaba esperando que dieran las 19 para poder salir (no nos dejan salir hasta pasada media hora del comienzo del examen).
Me fui para casa, muy ufana (y sin ver a nadie más, fui la primera en entregar y no me quedé a esperar a nadie), con el dilema moral y de conciencia de hacer lo que debía (ponerme a estudiar) o lo que quería (ponerme a leer Un mundo sin fin). Problema que se solucionó cuando me puse a buscar los apuntes de microbiología y no los encontré. Revisé en todas las habitaciones, en mis carpetas, en mis libros (tengo la habitación hecha un quilombo, para qué negarlo?), les pregunté a mis papás, a Stan, a Cacatúa... Nada, abducidos total. Bueno, nada, no me presento (no tenía muchas ganas, la verdad). Cuando ya había perdido la esperanza (después de cenar y todo, cinco minutos antes de que empiece House), se me enciende la lamparita. ¡¡¡Claro, mezclados con los de geografía!!! Y, eureka!, ahí estaban. Maldición, ahora me tenía que presentar.
Esta mañana le sonó el despertador a mi papá a las seis y diez de la mañana y ya me quedé despierta. Mi intención era despertarme a las siete a dar un repaso, pero bueno, me quedé un rato en la cama, mimando a los gatos, y seis y media agarré los reencontrados apuntes. Quería mirar especialmente lo del compostaje, porque me daba a mi que iba a caer en la pregunta de desarrollo (que vale 5 puntos).
Ya en Las Rozas me encontré a Javier y a Belén y como se pusieron a repasar, pues la gente que entraba vería a tres locos aferrados a sus apuntes. Volvimos al mismo aula de anoche y yo iba entregadísima. Empecé a contestar, poco a poco, y cuando me quise dar cuenta, me sabía más de lo que esperaba! Paso las primera y segundas páginas de preguntas de test, paso la tercera de preguntas cortas (¿qué mierda son las fitoalexinas?) y llego a la cuarta y más larga... Explique los distintos procesos de compostaje, los organismos que intervienen y las condiciones limitantes para su desarrollo. Yuuuuuuuuujuuuuuuuuuuuuuu! Aunque me equivoqué (jajajaja, puse musgo de líquen en vez de turba de musgo!!! Que desastre), creo que tengo posibilidades.
Y eso es todo, amigos. Me voy a currar un rato.
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