Es más fuerte que yo, no puedo seguir estudiando. Estoy harta de la ganadería bovina, de la industria y de lo demás. Por no hablar de la termodinámica y todo eso, así que, mejor voy a hacer algo que tendría que haber hecho hace mucho: contarles que tal fue el día de mi cumple!!!
Como todas las mañanas, me vino a despertar Stan para que lo baje a mear. Así que, sobre las ocho y media, pa'bajo con el niño. Mi mamá estaba en la computadora y cuando me vio la muy guarra no me dijo ni feliz cumpleaños ni nada, se me quedó mirando como quien ve a un muerto. Vaya comienzo de cumple...
Paseamos todo lo que Stan quiso (bueno, si por él fuera, viviría en la calle) y cuando subí me encontré una bandeja de madera sobre la mesa, con un zumo de naranja, una napolitana, alfajores de maizena, un tecito y una planta. Y el libro de Harry Potter que había pedido, con una carta dedicatoria de mi mamá preciosa (la carta, no mi mamá). Saqué fotos, pero creo que se perdieron. La cuestión es que la intención de mi mamá era llevarme el desayuno a la cama, pero como Stan le ganó de mano a la hora de despertarme, pues tuvo que cambiar un poco los planes.
El día transcurrió de manera normal, nos fuimos a pasear a El Escorial y llegó la hora de hacer los ñoquis... Mi mamá estaba cagada, porque tenía miedo de que le salieran mal y nos quedáramos todos sin comer. Por la noche, llegaron Carmen, Carlos y Mireia y nos dispusimos a evaluar a mi santa madre... Debo decir que aprobó con éxito. Carlos hasta repitió ñoquis! Claro que antes puso cosas para picar, pero hasta sobraron ñoquis!
Y así, amenamente, llegaron las dos de la mañana hablando de física cuántica. Exacto, de física en el día de mi cumple. Esta gente no me quiere nada.
Al fin de semana siguiente llegó Ale, ya para quedarse en España (¿o no?), y me trajo el último de los regalos por mi cumple. No, miento, el último me lo dieron este fin de semana mis cuñados.
Y ese es el relato de mi cumple. Un día normalito, ¡¡¡pero con muchos ñoquis!!!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario