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Ahora mismo, Guadarrama, Madrid, Spain

20 de mayo de 2010

Monasterio de Piedra

   Recientemente estuve en Monasterio de Piedra.
   Bueno, antes de eso, tendría que decir que los paisajes kársticos son de mis preferidos. Las grutas con sus estalactitas y estalagmitas, las cimas, las dolinas, el agua diluyendo la roca y poniéndola gota a gota en otro lugar... Me encanta. Y Monasterio de Piedra queda en una zona kárstica. 
   Llevo cinco años con ganas de ir a ese sitio, que había escuchado que era muy bonito, con sus cascadas y sus formaciones geológicas. Y tuve la oportunidad hace poco y no me lo pensé: a Monasterio de Piedra! Efectivamente, el lugar se llama así porque hay un monasterio sobre el río Piedra (como curiosidad, en las cocinas de ese monasterio fue donde se cocinó el chocholate traído de México por primera vez en Europa!).
Panorámica del Monasterio
   Llegamos y la entrada costaba un dinero interesante para un parque (13 euros, y no había descuento para estudiantes), pero yo, a Monasterio, cueste lo que cueste. Nos perdimos por los senderitos, subimos una pequeña cuesta (sin mirar el mapa, que era trampa!) y tuvimos una panorámica de todo el lugar. Verde, verde y más verde por todas partes, susurro de agua (estruendo, más bien, que estábamos sobre una cascada). La gente estaba congregada en una exhibición de vuelo de rapaces que, aunque no lo habíamos acordado de antemano, no fuimos a ver. Así que, en esta primera aproximación, solo se escuchaba el agua, el viento y poco más ("poco más" = "2 buitres encerrados en una minijaula a la que preferí no prestar mucha atención").

   Empezamos a bajar, paseando por los caminos y me llamó la atención que eran casi avenidas. Los senderos eran mega amplios, con bancos para sentarse a disfrutar del paisaje, señalizado a cada dos pasos... Después me llamó la atención el césped. No había hierba en Monasterio de Piedra, había césped, con las rayas de los cortacéspedes marcadas y todo. A pesar de todo el agua que había, se veían también los sistemas de riego. Entramos en una gruta (yo con los ojos bien abiertos; porque estaba oscuro pero, más, porque quería captarlo todo) y me sorprendió que hubiera una escalera tallada en las... (momento complicado del relato...) ¿estalagmitas? (nunca me acuerdo cuales son las que penden del techo y cuales las que se derraman al suelo). Pues eso, en la escalera se veía el corte de las estalagmitas, los anillos que forman a lo largo de años y años y años y años. No había murciélagos en esa cueva... Tal vez porque había mucha gente (la exhibición ya podría haber durado todo el día, cohone'), tal vez porque no era lo suficientemente profunda, tal vez porque... A saber. 
   Seguimos paseando y encontramos una cascada enooooooooooorme gigante. Subimos por un costado y cuando llegamos arriba vimos que estaba canalizada. Y las demás cascadas que había llegaban hasta el camino y después se iban por unas acequias al río... 

   No sé, me resultó todo demasiado artificial. Ojo, precioso, muy verde, muy lleno de agua (y más este año, que ha llovido tantísimo), muy bonito, pero... No sé, demasiado cuadriculado, envarado, manoseado. Parecía como si estuviéramos en un jardín y no en un paraje natural.
Eso sí, me lo pasé muy bien igual, a pesar de la mala hostia que me entró cuando vi más buitres encerrados en jaulas y decenas de rapaces atadas a un aro metálico.

11 de mayo de 2010

XVI JAPCA Granada mayo 2010

¿JAPCA? ¿Qué es eso? Yo no había oído hablar de esas siglas en mi vida hasta hace... Hmmmmmm... ¿Un  mes? ¿Dos semanas? ¿Tres días? No, fue a finales de abril, cuando nos pusimos en contacto con la CECCAA (Coordinadora Estatal de Ciencias Ambientales) y nos invitaron a ir a la reunión que organizaban el segundo finde de mayo en Granada. Yo, que no me pierdo ninguna oportunidad de saltar a todos los charcos habidos y por haber, me dije "yo quiero ir. No sé a qué, pero yo voy". La lié a Santás (los otros se salvaron porque tenían prácticas de diversidad el sábado), y nos apuntamos. Insisto en la parte de "No sé a qué", porque creo que no supimos lo que nos esperaba hasta el momento en que llegamos a Granada.
No me voy a extender enoooooooormemente (sin que sirva de precedente, ¿eh?), pero sí quiero redactar un poco como fue la cosa.
Como digo, recogí a Santás a las 17:30 en su curro (la anti GPS se perdió, pero no tardé más de cinco minutos en encontrarme). Atasco en la M30, se veía que la A4 también estaría así, así que R4 y andando. Y tanto que anduvimos. Cerca de 500km después llegamos a Granada. Esta vez sí, sin perdernos, que llevaba yo la cosa preparada de casa y me había impreso el recorrido que marcaba el gran Google Maps.
Llegamos al albergue y llamamos a Rocío, una chica encantadora que fue nuestro primer contacto con lo que iba a ser el fin de semana. No, miento, nuestro primer contacto fue descubrir en recepción que Santás y yo ¡no dormíamos juntas! Los granaínos, demostrando sus ganas de juerga, nos habían separado a todos los que veníamos juntos (me imagino como fue lo de asignar las camas, así en plan sorte de la Champions o por el estilo!). Yo dormía con otras tres personas (en ese momento no me acordaba del nombre de nadie) y Santás con un chico. Para colmo, ¡nos habían dejado preservativos en las camas! Mu fuerte, jajajaja.
Bueno, el resto de la gente estaba ya cenando (acabando de cenar, mejor dicho), así que cuando nos reunimos con el grupo ya casi no había comida... Por eso, sobre las doce, Santás y yo nos plantamos frente a Cecilio y le dijimos que ¡teníamos hambre! Por suerte los chicos de La Rioja estaban igual y no quedamos como unas desesperadas. Nos fuimos a cenar y nos volvimos a encontrar luego en un bar. Carmen, haciendo gala de la cordura de la que yo carezco, se fue a dormir, pero yo me metí en un bar (sí, yo, en un bar), junto con un montón de desconocidos (sí, yo, con desconocidos) y estuve a punto de salir corriendo para alcanzar a Carmen en su vuelta al albergue. ¡Es que no conocía a nadie! ¿Qué hacía yo ahí metida?!?!? Además no me atrevía a hablar con nadie, estaba muerta de vergüenza! Las chicas de Extremadura lo notaron y se acercaron a hablar. Después se dispersaron y se me acercó otro chico (de Catalunya, según descubrí después), al rato otra chica... Y así, a lo tonto, empecé a hablar con la gente. Además, había futbolín, y sobreponiéndome a mi vergüenza pedí de jugar. En fin, fue una larga noche (sí, yo, en un bar con desconocidos hasta las cuatro de la mañana). Poco a poco me fui aprendiendo el nombre de la gente... Llevábamos una identificación, pero su efectividad disminuyó cuando empezamos a intercambiárnosla, jajajajaa. Eso sí, fomentaba el que te pusieras a hablar con el que tenía tu nombre.
En fin, llego al albergue como a las cuatro y media de la mañana y me encuentro, lógicamente, a mis compañeros de habitación durmiendo. Me metí en la cama sobre las cinco menos algo y no quería ni moverme, por no molestar... Dormí intranquila, pensando en si ellos se iban a levantar temprano a ducharse o no, a que hora habían quedado... Total, a las siete me desperté y ya no me volví a dormir.
El sábado nos repartimos en diferentes comisiones de trabajo (yo a comunicación, claro) y cuando nos quisimos dar cuenta, ya eran las siete de la tarde! Se me pasó volando el día. Por la noche hicimos un paseo por el bosque de la Alhambra (lo empezamos a los cinco minutos de que los de seguridad nos echaran por estar comiendo bocadillos y tomando refrescos en la calle...) y después, juerga otra vez. ¡Hasta las cinco de la mañana! Estoy que no me conozco ni yo misma. Y tampoco me conocen los organizadores de los premios que dan en las JAPCAs... Al parecer, en cada reunión dan premios a los más guapos. Esta vez, también dieron unos cuantos más: a la más trabajadora, al más enganchado a redes sociales (no, no lo gané yo, malpensados!), al que más ronca, a los que más bailaron... Y a los más simpáticos. Me hubiera gustado ver mi cara cuando dijeron "Lucía, de la UNED". La sorpresa no podría haber sido mayor cuando fui a recoger mi diploma y mi premio (una bolsa de golosinas)!!! Todavía estoy sorprendida y encantada, jajajajaja.



El domingo estaba hecha una mierda después de haber dormido 6 horas en todo el fin de semana, pero valió la pena. La vuelta a casa, con Santás y Jorge de AAM fue bien hasta que ya llegando a casa se me cerraban los ojos! Pero valió la pena, lo volvería a hacer sin dudarlo. Conocer a toda esa gente, conocer la forma en la que trabajan, conocer lo que hacen... Fue inmejorable.

7 de mayo de 2010

Me enamoré

   Viernes (hoy), tres de la tarde. Apago el ordenador, cierro la puerta, conecto la alarma y doy por finalizada mi semana laboral cerrando con llave la puerta de calle. Voy para el coche, pensando ya en lo que voy a meter en la mochila que me llevo a Granada (todavía no la hice!), cuando un amistoso perrote (labrador o algo así) me viene a saludar. "¿Es tuyo?", escucho que me preguntan, mientras yo, a mi bola, con el perro. "No. ¿Está perdiiii...do?". Esa "perdido" tan largo fue originado por las babas que me caían a raudales. Porque la pregunta salía de una sonrisa resplandeciente (últimamente me dio por fijarme en las sonrisas, curioso) en un muchacho vestido de negro. Resultaba que sí, que al parecer el perrito estaba perdido y el chico-mega-sonrisa-mega-simpático había llamado a la policía para que vieran si tenía el microchip que lo llevaría de vuelta con sus dueños. 
   - Bueno, si ya llamaste a la policía me voy a ir yendo, que tengo que preparar una mochila, arreglarme un poco, coger el coche y recoger a Santás en su oficina, a la que no sé bien llegar, a las 17:30 para irme a Granada - es lo que tendría que haber dicho, pero, en cambio, me quedé jugando con el perro. Es que tenía que saber como terminaba la historia! Además, el perro ya pasaba del chico y me seguía a mí. Cuando quise ir para el coche, el señorito se vino para mi lado, mientras el muchacho lo llamaba para ir al final de la calle, que es donde había quedado con la policía. Así que, realmente, no tuve opción.
   Nos quedamos un rato hablando con el chico y me contaba que siempre se encuentra perros perdidos, que había estado ayer en Valencia y que tuvo que montar a dos en el coche porque los iban a atropellar, que estaba pensando en mudarse de casa porque el casero no los dejaba tener animales ("si se lo llevo a mi novia se pone a llorar de la emoción". Sucia asquerosa llorica) y cosas por el estilo. El perro, para todo esto, ya me había puesto perdida (llevaba chaqueta blanca y estaba medio lloviendo... Total, chaqueta a la lavadora) y me olía y me mordía. Se notaba que era cachorro aún, ¡qué energía! Salió otra chica de otra nave y el perro se fue tras ella. Claro, como estaba jugando a lo bestia conmigo, se puso en dos patas y la chica salió corriendo. "No hace nada" le dijo Pelito-Perfecto; "No, si no es porque haga, es que me ensucia" dijo la Soy-mega-guay-y-no-quiero-meter-la-ropa-en-la-lavadora-aún y se fue.
   A los dos minutos (Labri jugaba con un cacho de manguera que había encontrado Mr.-Smile) llega un coche y se baja una mujer al borde del colapso gritando "Fatoooooor" (o como sea que se llame el perro). Resulta que se les había escapado y habían llamado a la policía. Fueron ellos quienes le dijeron donde encontrarlo. Se llevaron al animalito y el chico, después de unas palabras, me dice "Bueno, ya nos veremos por aquí, yo trabajo aquí enfrente". Al parecer, ya tengo un nuevo aliciente para ir al trabajo.
   ¿Falta mucho para que llegue el lunes???

6 de mayo de 2010

Tutora por un día

Fecha: principios del cuatrimestre (mediados de febrero de 2010).
Lugar: tutoría de Ordenación Territorial, Las Rozas, Madrid.
Hechos relevantes: Luis Miguel, tutor de OT, diciendo "yo todos los años lo ofrezco, pero nunca hay voluntarios. Si alguien quiere dar una clase sobre el tema 7 de Evaluación de Impacto Ambiental, lo hablamos y dejamos una tutoría al final del cuatrimestre para que dé la clase". Lucía, alumna metomentó, se escucha diciendo "no prometo nada, pero me gustaría".

Tres meses después...
Le mando un mail a Luis Miguel, a ver si estoy a tiempo de dar todavía la tutoría. Me contesta diciendo que quedaban dos clases nada más, que lo plantearía a los compañeros, a ver si en la última clase les parecía bien que diera yo la tutoría del tema ese que a él no le da nunca tiempo. Le digo que no, que mejor la última tutoría usarla para resolver dudas y ese tipo de cosas. No obtengo respuesta. Me quedo tranquila, centrándome en otras cosas.
Hoy, jueves 06/05/2010. Voy a tutoría de OT. Entro al aula, la gente gira las cabezas como siempre que entra alguien que llega tarde (no puedo llegar antes, curro hasta la misma hora que empieza la clase). Según voy saludando con un gesto a los que conozco, escucho que Luis Miguel decía "justamente, hablando de Lucía"... ¿Perdón? ¿Hablando de Lucía? ¿Hablaban de ? Sí, hablaban de la loca que se había ofrecido a dar la tutoría de EIA. Me siento, digo que mejor no, que la última tutoría (la del jueves que viene) vamos a usarla para dudas. Luis Miguel me dice que como yo quiera y yo sigo erre que erre con que no preparé nada pensando que ya no la daría y que las dudas de cara al examen de dentro de tres semanas era más útil y... y... y se escucha a un compañero "no, que dé ella la clase". WTF? Lo secundan unas cuantas voces (yo creo que divertidas por la cara de "Ouch, ¿quién me mandará a abrir la boca?" que habré puesto en ese momento).
Total, que este fin de semana me voy a Granada a las Jornadas Académicas y Profesionales que se celebrarán allá, durante la semana tengo que terminar de resumir el temario de dos asignaturas y ¡preparar una clase de una hora y media sobre un tema que conozco solo por un libro!
Ay, ¿quién me mandará a abrir la boca?

5 de mayo de 2010

Fitorremediación

   No hace mucho, descubrimos con asombro que en la UNED hay investigación. Un montón de programas y de cosas súper interesantes, que, en general, el alumnado desconoce. 
   No es común que sepamos que nuestros profesores, además de ponernos y corregir los exámenes y atender los cursos virtuales, hacen otras cosas. Escriben libros, hacen trabajo de campo, investigan, dan conferencias, ... Un montón de cosas! Y, lo mejor, es que algunos nos dejan acompañarlos en ese trabajo que tienen fuera los despachos.
   Así fue como nos metimos ayer, Carmen Santás y yo, en el laboratorio de Javi... Javi... Este...  Javi. Es que para nosotros es Javi! Vale, no, Javier Pérez Esteban (lo tuve que buscar). Pero él es Javi porque es nuestro tutor de ecología y, más que por eso, porque es un infaltable a las cenas que organizamos una vez por cuatrimestre.
   En fin, la cosa es que Santás habló con él para ver en qué andaba, y resulta que está investigando para hacer su tesis que va, como habrán adivinado, sobre fitorremediación. Nos paseó por el laboratorio inmeeeeeeeeensoooooo que tienen en la UPM, mostrándonos todos los cacharros que usa (él estaba ilusionado mostrándonoslos, pero más lo estábamos nosotras el ver los aparatos cuyo fundamento teórico conocíamos tan bien gracias a TIQ, pero que no habíamos visto más que en fotos). Nos estuvo contando anécdotas de cuando tuvo que ir a recoger muestras de suelos contaminados a dos fincas cercanas a minas abandonadas, los avatares que sufrieron las plantas cuando se fue de vacaciones, las horas metido en el laboratorio, las peripecias para tener todos los aparatos en marcha, olvidos causantes de evacuación de cafetería... En fin, fue muy divertido e instructivo! Ahora ya sabemos que si vas a usar la campana extractora para que no se concentren los gases amoniacales, más vale encenderla...
   Al final de la tarde nos pusimos a medir concentraciones de ... Jo, no me acuerdo. ¿Zinc? ¿Magnesio? No, magnesio no era... Bueno, no me acuerdo, pero sí que me acuerdo que fue con un espectrofotómetro de absorción atómica a la llama (se queda una sin aliento diciéndolo del tirón). Sí, ese mismo, el de la foto (aunque esa foto no es de ayer, es de la semana pasada). Ya está casi terminando con la parte experimental de la tesis, así que el año que viene le tocará ponerse a escribir. Joer, ¡qué guay! ¡Yo quiero hacer eso también!!!
 
   Javi fue el segundo profe al que importunamos durante su trabajo. El primero fue Francisco Ortega, que nos tuvo todo un domingo enredando con los fósiles extraídos de Lo Hueco. Pero esa, ya es otra historia.